Thursday, December 08, 2005

TLC y Mercado Interno

Los que desean que se firme a toda costa el TLC sostienen –sin revelar su modelo o método de cálculo-- que el beneficio para el país en crecimiento y empleo sería mayor que sus costos. No sabemos si toman en cuenta el carácter subdesarrollado y heterogéneo de la estructura productiva de nuestro país, para estimar los efectos de la penetración de importaciones en la oferta efectiva interna y en el empleo. ¿Cómo aseguran que el libre comercio conduciría a una especialización óptima? A estos posibles efectos dinámicos negativos hay que agregarles otros como los que se generarían por las concesiones en temas que no son de comercio: en propiedad intelectual (cuyo objetivo es proteger patentes y monopolios farmacéuticos), en los convenios suscritos con la OIT, o en los temas vinculados con la reserva cultural. El propósito de este artículo no es precisamente analizar estos efectos, sino mostrar la importancia del papel del mercado interno en el desarrollo de la productividad y la competitividad internacional.

Globalización

La globalización impulsada por las corporaciones multinacionales es la que está trasladando el énfasis de las políticas económicas desde los mercados internos hacia los mercados externos. En países como el nuestro se impusieron las políticas del Consenso de Washington, que fulminaron los programas y doctrinas de los partidos tradicionales. El gobierno dictatorial fujimorista, con el apoyo de unos y la indiferencia de otros, aplicó estas políticas (financieras, de comercio, de inversión y fiscales y monetarias), de acuerdo a códigos internacionales en nombre de la globalización. La crisis financiera internacional de 1997-1998 reveló, dramáticamente, que estas políticas generaron una economía más vulnerable a los shocks externos y más dependiente del capital extranjero.

El triunfo de la democracia en el 2001 ocurrió sin una concepción de desarrollo para un país más pobre y con una economía desconectada de su geografía y demografía. Pero, «sin querer queriéndolo», se puso en marcha un nuevo modo de crecer distinto al neoliberal, porque está ampliando el mercado interno incorporando a la población pobre y provinciana del país, no es adicto al dólar y no depende de los flujos de capital extranjero. Junto a este proceso desconocido por los políticos tradicionales, hay otro que podría truncarlo, impidiendo el encuentro definitivo de la democracia con el desarrollo nacional. Este es el proceso generado por los que desean exportar nuestros ahorros, por los que no entienden la actual política monetaria, por los lobbies económicos, por los neoliberales patrimonialistas (que aún usufructúan del Estado) y... en fin, por los que «condicionan» el futuro del país a la firma del TLC (¡).

Productividad y Mercado

Estos adhieren a la competencia como palanca del desarrollo, pero olvidan que el objetivo más importante de la competencia es incrementar la productividad y que este objetivo se puede lograr independientemente de las políticas neoliberales de comercio. La literatura especializada muestra que el aumento de la productividad mejora el nivel de vida de la población porque incrementa el producto per cápita, con o sin comercio internacional. De aquí no se deriva una adhesión a la autarquía, sino que el aumento de la productividad no puede ser tratado como fruto de las políticas comerciales que hacen énfasis en el mercado externo y no en el mercado interno. A diferencia de la participación en el comercio mundial, el aumento de la productividad en un país no tiene por qué implicar la disminución de la productividad en otro.

¿Y cómo se aumenta la productividad? El crecimiento de la productividad, decía Adam Smith --el mismo de la «mano invisible»--, está determinado por la extensión y profundidad de la división del trabajo; y esta, por el tamaño del mercado. Un mercado interno en expansión, al generar aumentos en la productividad, también incrementa el consumo y los ingresos de la población. Asimismo, cuando los aumentos en la productividad provienen del crecimiento del mercado interno, acrecientan la capacidad de penetración de la economía en los mercados externos, es decir, su competitividad. No ocurre lo mismo si el mercado es externo. En este caso, los incrementos en la productividad conducen solo a incrementos en la participación en el comercio mundial. Por lo demás, el libre comercio como instrumento de esta última opción puede generar pérdidas (ausencia de beneficios) cuando la especialización no es la óptima. Y, ciertamente, nadie puede decir que es o lo será ---pues tenemos una estructura productiva heterogénea y subdesarrollada--, a menos que sea, como diría Krugman, un internacionalista POP.

Cómo ampliar el mercado

En nuestro país, la poca conexión entre su economía y su geografía y demografía se expresa en un reducido y poco dinámico mercado interno (se convive con extensas áreas de autoconsumo y de recursos naturales no explotados). Los altos costos de transporte que involucra este mercado reducido limita la inversión privada en actividades productivas existentes y nuevas. Para ampliar este mercado se requiere conectar las distintas zonas geográficas y demográficas del país; es decir, se requiere inversiones en infraestructura (puertos, almacenes, carreteras, saneamiento, electricidad y telecomunicaciones y educación) para estimular el surgimiento de nuevas líneas de producción, y aumentar la demanda para la producción existente. Esta es la única manera efectiva y sostenible de multiplicar el empleo y los ingresos, de reducir la pobreza, de mejorar la calidad de vida de la población del país, de aumentar la competitividad y, por lo tanto, de iniciar un crecimiento y desarrollo socialmente integrador.

Diario La República

1 comment:

RAMD said...

La peor asimetría de este tratado de supuesto libre comercio es la de los distintos fundamentos jurídicos donde la ley común(EEUUAA) es por lejos más eficaz y eficiente que nuestro derecho Romano Germánico, no esta demás advertir que cuando los litigios comerciales entre empresas Peruanas y Estado Unidenses empiecen dentro y fuera de nuestra patria los ganadores no seremos nosotros ni nosotras empresarialmente hablando y pensando. Pero claro es típico que de lo imporante y crucial sea de lo que menos se hable y discuta. !ALERTA!