Tuesday, May 28, 2013

¿Camino al enfriamiento económico?

Los datos indican la presencia de un sostenido proceso de enfriamiento de la economía. Las razones son conocidas: el estancamiento de las economías de Europa y Estados Unidos, la desaceleración del crecimiento de la China, y la consecuente reducción de los precios de los minerales. Con el neoliberalismo nuestra economía se hizo más vulnerable y dependiente de factores externos; por lo tanto, no podía estar al margen de los efectos de la crisis internacional actual.

El fin del alto crecimiento
Velarde y Castilla cometen un grave error cuando dicen que para impulsar y sostener el crecimiento económico es indispensable restablecer la confianza del empresariado y eliminar las trabas administrativas que afectan a la inversión privada. Quizás lo que le están diciendo al Presidente Humala es que debe hacer más concesiones a la derecha extractivista, como: saltarse la ley de la consulta previa, privatizar Petroperú, derogar la ley de Protección y Defensa del Consumidor, no insistir en la ley de Promoción de la Alimentación Saludable, olvidarse de los derechos laborales, no pensar más en el salario mínimo, dejar al sector privado todo el proyecto petroquímico en el sur, abandonar UNASUR y declararse abanderado de la Alianza Asia Pacífico, declarar para El Comercio que ya no le importa la CAN, y, en fin, jurar que ahora es un convencido de la subsidiariedad del Estado y de la necesidad de su achicamiento.
Lo que la realidad  indica sobre el crecimiento, es otra cosa y, no una falta de confianza ni trabas a la inversión. Los empresarios saben que los impulsos al crecimiento provenían de la expansión de los mercados externos y de los altos precios de las materias primas. Y, saben también, que después de lo ocurrido en 2008-2009 ahora ya no es posible crecer a las tasas que se registraron en los años 2005 a 2008.
Lo que acabamos de decir puede observarse en el gráfico de las tasas de crecimiento del PBI mensual desestacionalizado, del período que va de enero-2005 a marzo-2013. Hay una tendencia claramente ascendente del crecimiento que termina en junio de 2008. Después de este mes y debido a la crisis externa que empieza el segundo semestre de ese año, el crecimiento cae hasta situarse por debajo de cero en junio de 2009. Es verdad que luego se recupera hasta alcanzar en junio de 2010 una tasa de similar magnitud a la que se registró en febrero de 2008, pero en los meses siguientes se registra un proceso de desaceleración del crecimiento que es imposible pronosticar su pronta reversión.
Ante este escenario, un shock de confianza mediante un nuevo «arrinconamiento» al Presidente Humala por parte de la derecha neoliberal, será inútil. La estabilidad del gobierno de Humala dependerá de lo que hagan Velarde y Castilla, los dos gonfalonieros del neoliberalismo.
Debilidades y composición del crecimiento
El impulso al crecimiento económico de los últimos años provino de los altos precios de los minerales y estuvo liderado por los sectores no transables de comercio, servicios y construcción. Estos sectores, junto a las exportaciones tradicionales, crecieron a tasas superiores a la del PBI. La manufactura y la agricultura perdieron participación en la generación de empleo y del PBI. Así, la economía creció a tasas altas fomentando el «rentismo» y el extractivismo en los grupos de poder económico y político. Estos grupos, de ideología de derecha neoliberal, son los que consolidaron su hegemonía durante los años período de alto crecimiento.
Lo que ocurrido con la composición del crecimiento económico durante el mes de marzo pasado revela sus debilidades. La tasa de 3.0% de crecimiento del PBI tiene su origen en la reducción espectacular de la tasa de crecimiento de la construcción, de14.3% en el mes de febrero a 3.8% en el mes de marzo. Asimismo, disminuyeron las tasas de crecimiento de los sectores Comercio (5.6% a 4.0%) y de Otros servicios (de 5.9% a 4.9%). Estos tres sectores explican el 70.5% del PBI y emplean el 59% de los trabajadores. También disminuyó la tasa de crecimiento de la agricultura (de 6.5% a 5.8%). Finalmente, la producción manufacturera se redujo en 3.6%. Por otro lado, hay que mencionar que en los meses de enero-febrero de este año las importaciones crecieron 12.5% respecto a similar período de 2012, mientras las exportaciones se redujeron en 18.0%.
El fin del alto crecimiento ocurre en una economía que es más vulnerable a factores externos, menos industrial, más productora de servicios de baja productividad, básicamente exportadora de minerales y, ciertamente, más dependiente de importaciones. El carácter primario exportador del estilo de crecimiento y la apreciación sistemática de la moneda nacional, dados los tratados de libre comercio y las drásticas reducciones arancelarias, dieron lugar a un crecimiento espectacular de las importaciones. En 1975, cuando se hablaba de una industria adicta a importaciones, estas constituían el 62.6% del total de la producción manufacturera; en 1997 este porcentaje aumentó a 92.3% y en el año 2011 subió el 150.1%. En la actualidad estamos importando un equivalente a 102.1% de la producción manufacturera y agropecuaria en conjunto.
A modo de Conclusión
De acuerdo con la información anterior, basar el crecimiento en la demanda interna para enfrentar lo que sin duda será un largo estancamiento de la economía internacional, corre el riesgo de volver a encontrar su límite en una crisis de balanza de pagos.


Publicado en el diafrio La Primera, el sábado 25 de mayo

Saturday, May 18, 2013

IED y Desindustrialización

Perú logra máximo histórico en inversión extranjera directa (IED) en 2012, dicen periodistas y analistas económicos a propósito del informe de la CEPAL «La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe». En efecto, la Cuenta Financiera del Sector Privado de la Balanza de Pagos de nuestro país registra el monto de 12.240 millones de dólares por concepto de IED el 2012, cifra equivalente al 6.1% del PBI del mismo año y superior en 48,7% al monto registrado en el año 2011.

Repatriación de utilidades y rentabilidad del capital extranjero

Lo que no destacan estos periodistas y analistas  es que de los 12,240 millones de dólares de IED, 8.263 millones correspondieron a reinversiones de las utilidades obtenidas por el capital extranjero que opera en nuestro país; tampoco informan que en el mismo año 2012 salieron del país por concepto de repatriación de utilidades, 11.743 millones de dólares, cifra equivalente al 95.9% del citado monto de IED (véase Gráfico 1).

Gráfico 1

La IED acumulada en el período 2003-2012 ---que incluye los años del boom de precios de las materias primas--- fue de 56.751 millones de dólares, y el monto de utilidades repatriadas durante el mismo período fue de 74.078 millones de dólares, es decir, 17.326 millones por encima del total de la IED. Además, 39.336 millones de dólares correspondieron a utilidades reinvertidas que se contabilizan como IED.

La IED aumentó 9.2 veces en nueve años: pasó de 1.335 millones de dólares en 2003 a 12.240 millones de dólares en 2012. En esos mismos nueve años las utilidades repatriadas aumentaron en 10.6 veces y las utilidades reinvertidas en 13 veces. Según la CEPAL «las empresas transnacionales repatrían a sus casas matrices una proporción de sus utilidades ligeramente superior (55%) a la que reinvierten en los países de la región donde fueron generadas (45%)». En Perú los porcentajes se ubican en 53% y 47%, respectivamente.
Además, según la CEPAL la rentabilidad del capital extranjero aumentó notablemente desde el año 2003, «debido al alza de precios de los productos básicos de exportación (para las empresas que exportan recursos naturales». Nuestro país destaca por haber sido la plaza con mayor rentabilidad durante el periodo 2007-2011. Según la CEPAL la tasa anual de  rentabilidad promedio del stock de IED en nuestro país fue de aproximadamente 25%, casi 10 puntos por encima de la tasa de rentabilidad en Chile y más de 20 puntos respecto a la tasa de rentabilidad en México (véase Gráfico 2).

Gráfico 2

Efectos de la IED y de la repatriación de utilidades
La IED en nuestro país refuerza la especialización productiva debido a que se orienta fundamentalmente a la explotación de recursos naturales. La manufactura no constituye el sector más atractivo para la IED. Este tipo de especialización productiva mantiene el dominio de las exportaciones tradicionales (75% a 77% del total), reduce las posibilidades de diversificación productiva y, por lo tanto, la generación y multiplicación de empleos de calidad y bien remunerados. Tal como dijo la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, no hay «indicios muy claros de un aporte relevante de la IED a la generación de nuevos sectores o a la creación de actividades de alto contenido tecnológico, considerando que uno de los principales desafíos que enfrenta la región es un cambio en su estructura productiva».
El boom de precios de las materias primas fomenta el «rentismo» y el extractivismo en los grupos de poder económico y político. Este boom favorece al sector exportador tradicional y afecta a la industria manufacturera que compite con las importaciones. El fenómeno simultáneo de apreciación monetaria y de  creciente influjo de divisas extranjeras, abarata las importaciones y fomenta la desindustrialización. Los grupos de poder que usufructúan de este boom exportador, refuerzan su dominio y bloquean la innovación y la diversificación. El extractivismo político y el extractivismo económico, o rentista, se refuerzan generando un círculo vicioso.
La orientación reprimarizadora de la IED, entonces, afecta la sostenibilidad del crecimiento futuro. La concentración de las exportaciones en productos primarios pone en permanente riesgo a la sostenibilidad del crecimiento, porque hace más dependiente a la economía de los shocks externos adversos. Pero no es la única causa. El alto crecimiento de las utilidades repatriadas de IED, como también lo señala la CEPAL, «tiende a neutralizar el efecto positivo que produce el ingreso de la inversión extranjera directa sobre la balanza de pagos». Tal como hemos señalado más arriba el monto de utilidades repatriadas durante 2003-2012 fue mucho mayor que el monto de las entradas de IED en el mismo período.
A modo de Conclusión
Sobre los efectos de la IED en el mercado de trabajo, la CEPAL, --«basándose en los empleos directos anunciados por los inversionistas para proyectos de ampliación de la capacidad productiva»-- dice: «Las actividades de comercio y de construcción son las que crean más empleo (siete puestos por cada millón de dólares de inversión), seguidas por la industria manufacturera y los servicios (tres puestos). Las actividades mineras (incluido el petróleo) crean un puesto de trabajo por cada dos millones de dólares. Desafortunadamente poco o nada hacen los gobiernos para mejorar la matriz productiva de nuestros países mediante gravámenes destinados a fondos de desarrollo agrícola e industrial.
 
 
Publicado en el diario La Primera, el sábado 18 de mayo

Saturday, May 11, 2013

La derecha neoliberal es enemiga de la democracia

El carácter arcaico, fundamentalista e irracional de la reacción que protagonizó la derecha y sus medios ante la intención del gobierno de comprar los activos de Repsol en la Pampilla –hoy frustrada deshonrosamente--, se resume bien en las palabras que al respecto expresó el presidente de la Confiep, Alfonso García Miró: esto «me confirma –dijo-- la decisión política de interferir en un mercado donde trabajan los privados. Me queda claro que este será el comienzo de la transformación del Perú con un Estado avasallador, prepotente, autoritario, como en Cuba, Bolivia Venezuela y Argentina. Pero los peruanos nos defenderemos de esta gran amenaza».
 
El vergonzoso retroceso frente al fundamentalismo neoliberal
 
El presidente Humala dijo el 28 de mayo que la compra de Repsol «será vista con criterio técnico y que él solo defiende el interés nacional». Cuatro días después ---luego de la declaración de su esposa y también, según dicen, de las amenazas de renuncia del ministro Castilla---, la empresa Petroperú informó que tomó la decisión de no comprar los activos de Repsol, «luego de realizar una evaluación técnica, económica y financiera».
 
No hubo declaración del presidente. Él debió salir a informar al país, con datos y razones técnicas, sobre la decisión de su gobierno de no efectuar dicha compra. Como no lo hizo, apareció otra vez arrinconado por el fundamentalismo neoliberal. La primera vez fue cuando cedió el Banco Central y el MEF a los representantes de esta derecha.  Ahora es vox populi que los que gobiernan son los fundamentalistas neoliberales y tienen a Luis Miguel Castilla Rubio como su más conspicuo representante.
 
Ismael Benavides, uno de los ministros de economía del gobierno de García dijo conocer bien a su ex-viceministro Castilla, asegurando que este no ha cambiado sus ideas con Humala. «Él tiene ideas consistentes --dijo. Ha dado la orientación económica a este gobierno cuando aún estaban dando vuelta los Burneo, Dancourt y Jiménez».
 
La ignorancia de personajes de derecha como Benavides, que han usufructuado del poder del Estado, es inverosímil.  No saben que la institucionalidad de la política monetaria y fiscal que les permitió seguir en piloto automático, fue el resultado de las reformas que hicieron los Burneo, Dancourt, Jiménez, Schydlowsky y García Núñez.
 
El fundamentalismo neoliberal es enemigo de la democracia
 
La violencia mediática y su carácter monocorde que practica la derecha en nuestro país, es contraria a la democracia. No puede haber insultos y calumnias democráticas. Querer imponer la ideología del mercado libre como pensamiento único, es contrario a la democracia. Como dice Todorov en su libro Los enemigos íntimos de la democracia: «el primer enemigo de la democracia es la simplificación, que reduce lo plural a único y abre el camino a la desmesura».
 
La tendencia a contraponer el Estado y el Mercado, de afirmar que el mercado desregulado es intrínsecamente deseable y que la intervención del Estado es indeseable, es una postura ideológica incompatible con la realidad. Los economistas saben que hay «múltiples formas en que los mercados fallan» y que estas fallas producen problemas que adquieren un carácter público. Solo por este hecho, la economía  y sus mercados ya requerirían de las políticas públicas. Los que piensan que el Estado debe reducirse al mínimo, y que todo lo demás (los mercados) debe ser absolutamente libre, creen que los problemas de inequidad, del exceso de opulencia, de exclusión, etc., encontrarán «solución por sí mismo». Pero no son consecuentes; pues cuando las crisis o las fallas de mercado afectan a los negocios privados, estos exigen que se socialice sus pérdidas. 
 
Veamos un ejemplo. La crisis internacional de 1998-1999 provocó un salto cambiario que hizo quebrar a varios bancos privados que habían otorgado créditos en dólares, a personas y empresas que tenían ingresos en soles. El Estado tuvo que salir a rescatar al sistema financiero endeudándose por una suma cercana a los mil millones de dólares. Esta deuda la pagamos todos y, ciertamente, no fue asumida por los gremios privados.
 
Los fundamentalistas neoliberales creen que el desarrollo de nuestro país será el resultado de las fuerzas impersonales del mercado. Creen que el mercado «no hace nada mal», no genera externalidades negativas. Creen en el voluntarismo individual. Olvidan que en el mercado, en tanto es una institución social, existen relaciones de poder y asimetrías que generan desigualdades, exclusiones y conflictos sociales.
 
A modo de conclusión
 
«Las reformas que a finales del siglo XX impusieron dirigentes políticos como Thatcher, Reagan y Pinochet en sus respectivos Estados –dice Todorov--, están ahí para dar testimonio de esa actitud voluntarista. Lo mismo podría decirse de la famosa terapia de choque que se aplicó en los países de la Europa del Este después de la caída del muro de Berlín, y también de las intervenciones de los Estados occidentales durante la crisis económica de 2008-2009 para salvar los bancos privados. Ahora, mientras los beneficios siguen siendo individuales, los riesgos se socializan. Se trata de un neoliberalismo de Estado, una contradicción que hace dudar de la coherencia interna del proyecto».   
 
 
 
Publicado en el diario La Primera, el sábado 11 de mayo. 

Saturday, May 04, 2013

Petroperú, Repsol y la ideología transnacional

Empresarios, políticos y periodistas de derecha siguen reaccionado airadamente contra la intención del gobierno de Ollanta Humala de adquirir para el Estado Peruano las acciones de Repsol en La Pampilla, la red de grifos y la planta envasadora de gas licuado. Ojalá que sus razones falaces y contradictorias, acompañadas de improperios, no  le hagan retroceder al presidente.

Los «cuasi-argumentos» de la derecha

Dicen que La Pampilla no es un negocio rentable, con lo cual también están diciendo que las inversiones que han hecho las AFP en esta refinería --tienen entre el  20% y 28% de las acciones— es poco menos que una malversación de los ahorros de sus afiliados.

«Este viraje tiene el nombre de La Gran Transformación», dicen los más profanos entre los que se encuentra el presidente de la Confiep. «Ollanta Humala quiere imponerle al país un programa por el cual los peruanos no votaron como la compra de los activos de Repsol por parte de Petroperú» --dice un congresista aprista. Pero seguro que este mismo congresista votó en 2006 por la Ley 28840 de fortalecimiento y modernización de Petroperú. De acuerdo con esta ley –que el actual gobierno demoró en reglamentarla--, Petroperú está facultado a desarrollar «actividades de Hidrocarburos en todas las fases de la industria y comercio del petróleo, incluyendo sus derivados, petroquímica básica y otras formas de energía».  

«Ni La Gran Transformación ni un presidente mutante –dijo el congresista Fujimori-- va a echar a perder todo lo avanzado con el modelo económico de la Constitución del 93». Este congresista no sabe que el crecimiento económico actual es el resultado de los altos precios de los metales y que la estabilidad macroeconómica se debe a las reformas efectuadas en los años 2001-2003.

Por último, el ministro Castilla dijo que el gobierno no pretende «retomar las políticas desechadas de La Gran Transformación». Este ex-viceministro de hacienda de Alan García, le ha hecho creer al presidente que manteniendo el presupuesto de los programas sociales en 0.6% del PBI, se logra un crecimiento con inclusión social. Él sabe que la compra de los activos de Repsol no afectaría para nada al modelo neoliberal.

La seguridad energética y la autodeterminación nacional

El rechazo a las empresas estatales en áreas que en otros países se asumen como estratégicas, es decir, decisivas para el desarrollo y la autodeterminación nacional, es inverosímil. Casi todos los países de la región tienen empresas estatales. Por ejemplo, Chile y México, cuyos gobiernos comparten la ideología neoliberal de la derecha de nuestro país, tienen empresas estatales en el área de los hidrocarburos: ENAP y PEMEX. 

¿Por qué un grupo empresarial peruano que rechaza la existencia de Petroperú se asoció con la empresa estatal petrolera Chilena ENAP, para comprar los grifos de Shell? De acuerdo con un amigo historiador, los intereses de gran parte de nuestras élites empresariales no coinciden necesariamente con los intereses nacionales, sino con los intereses de sus socios transnacionales. Por esta razón no entienden que comprando los activos de Repsol fortaleceríamos nuestra seguridad energética, al mismo tiempo que impediríamos que la estatal Chilena ENAP se haga de estos activos. Tienen un problema de identidad porque siempre han operado con ideas heterónomas. ¿Es acaso un tema ideológico afirmar que un país que no controla su energía no controla su futuro? Si Petroperú compra los activos de Repsol con participación privada –como dice el presidente— nuestros empresarios deberían asegurarse que sea con ellos, es decir, con el capital privado nacional.

El Estado regulador del mercado y promotor del desarrollo

La adquisición de los grifos de Repsol también permitiría la regulación de los precios de los combustibles.  Estos son más caros en Perú que en Estados Unidos. Lo que es peor, los pecios se forman tomando en cuenta la paridad de importación del petróleo, bajo el supuesto que importamos el 100% del petróleo. La seguridad energética no sólo implica resguardar el abastecimiento de los combustibles, sino también que sus precios no sean de monopolio o de oligopolio, y que los combustibles que se venden no contaminen el medio ambiente.

Los mercados no se auto-regulan. En ellos operan grupos de poder generando externalidades negativas como la pobreza, el desempleo y el subempleo, la distribución desigual del ingreso, la degradación ecológica y los abusos de poder de dominio. Estos son problemas de interés público que deben ser enfrentados por el Estado. Pero por un Estado que «debe dejar de ser propiedad de unos pocos y pasar a servir a todos los peruanos»; por un Estado regulador y promotor del desarrollo.

A modo de conclusión

Es cierto que la estructura de poder que tiene el Estado, es una amenaza potencial de despotismo. Por eso el Estado regulador y promotor del desarrollo debe ser controlado  democráticamente por una sociedad civil activa, debe rendir cuentas, y su intervención en la economía y sociedad debe ser eficiente, incorruptible y transparente. Y, para que ese Estado sea posible en nuestro país, los recursos naturales deben estar al servicio del interés nacional, en especial, los recursos energéticos. La autonomía nacional en las decisiones del gobierno y el fortalecimiento de la democracia, presuponen el abandono de la «heteronomía» ancestral que ha impedido desarrollarnos autónomamente.





Publicado en el diario La Primera el sábado 4 de mayo